15 November 2007

El Sentir de Una Piche Ke Domo

Soy una pichi ke domo. A mis 16 años tengo mucha experiencia sobre los machitunes, nguillatunes y el juego del palín. Con mi familia hemos salido a las típicas fiestas de los mapuches. Les contaré que Pangueco es un bello campo que se encuentra, más o menos a unos veinte kilómetros a la costa de Cañete, Provincia de Arauco.Nací y viví mi infancia en Tierras Araucanas. Tierras de Caupolicán y Paicaví. Actualmente, vivo en Las Rosas (Lebu) por motivo de trabajo de mi padre.

Siempre he pensado que lo más valioso en la vida es una linda amistad .lo digo, porque cada vez que hay fiestas en Pangueco los peñis (hermanos de raza) nos invitan, y eso, seguro, es señal que nos recuerdan con cariño y que somos una sola familia.

Mi tía es machi, ella trabaja con los kuriches. Mi padre, tíos y primos le ayudan, son los guardias de la machi, son los que mandan cada fiesta.

En estas celebraciones los kuriches son los que divierten cuando hacen nguillatun, reúnen carne, sopaipilla en un canasto o bolso, Me da tanta alegría y risa, cuando vienen a mi mente esas inolvidables anécdotas. Es como si estuviera viendo a los kuriches arrancando y yo tras, ellos para quitarle algún alimento que contenía la bolsa.. En estas peripecias los kuriches se caen y ahí uno tiene que aprovechar de sacar algo, pero ellos se defienden con su cuchillo de palo.

Estos hombres mapuches siempre andan con cuchillo y caballito de palo, que arreglan bien para que quede igual a un kawellu (caballo) y se amarran un pañuelo en la frente con una matita chica de canelo.

Sin duda que el nguillatun: es la gran ceremonia de mi pueblo. Rogativa que reúne a grandes grupos de personas o familias durante una noche y un día para pedir a Ngnechen (Dios) que favorezca las actividades del pueblo mapuche.

En el nguillatun la rogativa más grande se hace antes que raye el sol, empieza a las 5 y termina a las 8 de la mañana; se matan corderos y se recibe la sangre. Me recuerdo que esto me daba mucha pena, pues no me gusta ver sufrir a nadie y un corderito es una personita animal. Yo los quiero mucho.

En la rogativa se pide que venga un kume wetripantu (un buen año nuevo), se ruega por los sembrados, por las personas para que no se enfermen, por los animales, aves, etc.Es la parte que a mí más me agrada; aún en las noches, solita, en el internado de mi escuela o ahora, en la pensión, es una tradición, rogar por mi familia, amigos, profesores, tíos y animalitos de mi casa y del mundo.

Les sigo relatando sobre la ceremonia. Cada persona se arrodilla frente al canelo pidiendo a Ngnechen por la salud, para que la cosecha abundante. Si hay sequía se pide para que llueva., colocando en el canelo tres banderas: la bandera mapuche (solicitar armonía para la familia), la blanca (para que venga el año bueno) y la negra (para pedir que llueva) y también alrededor de la gran fiesta se corre kawellu (caballo), cada uno con su bandera. Hay un momento en que llegan frente a la machi, ella va con sus kuriches. El kuriche mayor toma la rienda del kawellu (caballo), el otro lleva un cantarito con sangre, la machi le coloca sangre al kawellu (caballo) en la frente con una hoja de canelo le hace una cruz, hace oler la sangre en la nariz del kawellu (caballo) y la machi cuando termina se vuelve al rewue.

Cada familia en su ramada comparte y la machi con los kuriches tocan los instrumentos para los que deseen acompañarlos a bailar alrededor del rewue.Añoro esos días, de alegría, de convivencia, de danzar al compás de la trutruca de mi abuelo. En la tarde termina el nguillatun, en el instante que se entra el sol.

Ustedes, no saben lo bello y trascendente que ha sido para mí presenciar como se va este amigo resplandeciente, deslizándose poco a poco en el horizonte y perderse en el infinito. ¿Qué es lo bello, estarán pensando? El saber con certeza suprema, que él está brillando, dando vida y aclarando tantas ideas en otras parte de mi inmensa y querida tierra.

Desde aquí, la perspectiva del sol es diferente, es distante, es hipocresía, es artificial. Me duele el alma cuando veo que la arquitectura material y humana está tapando a mi amigo, su luz es sutil, se ha ido apagando con tanto consumismo y globalización ¡Cómo no recordar esa sabia expresión de mi abuelo cuando venía a visitarnos?

__Margarita, no mires a través de los vidrios lo hermosura de tu tierra.

__ ¿Por qué abuelo? Afuera hace mucho frío y aquí está el fogón.

Entonces, mi sabio abuelo, me tomaba de la mano, la apretaba y caminábamos en el campo, libremente, mirando siempre hacia adelante. Me sonreía, No hablaba, yo tampoco preguntaba.Repito, no hablábamos. Miento, nos comunicábamos.

Al llegar a la casita –me decía—Hija, no mires los vidrios, porque verás lejanías, Mira la tierra; ella te dará el verdadero calor, tu tierra, tus raíces, y en ellas verás abundancias, manos limpias llenas de zumos de nuestra propia raza.

Disculpen, mis divagaciones, lo importante es que les siga relatando mis vivencias. Ya les he dicho que me encantaba salir a las fiestas y todavía lo hago, claro, solamente en los meses de vacaciones, porque no me queda tiempo por mis estudios.

En las ocasiones que salgo con mis padres a acompañar a mi tía (machi) me siento muy feliz. Cuando hablan en mapudungun uno como que siente en el corazón lo que dicen, aunque no es mucho lo que entiendo, pero como que el espíritu hace entender lo que hablan. Las palabras que entiendo y las palabras más usadas en mapudungun son:

Mari, Mari, peñi = buenas tardes, hermano; amuchimay, peñi = hasta luego, hermano; iney pingey mi = ¿Cómo te llamas?; pewkayal = hasta pronto; tunten tripantu nieymi = ¿Cuántos años tienes?; chamiaeldoy duamkeymi = ¿Qué comida te gusta más?; küpange = venga aquí; rume kumey tami küpan = que bueno que hayas venido; tañi ruka = mi casa; chi wentrü = el hombre; kutrankülen = estoy enfermo; kupalnge ko = trae agua; anüge = tome asiento; chaltu = gracias y otras palabras que mi padre me nombra, pero no me dice lo que significa, tengo que mirarlo e ingeniarme para saber lo que me expresa , yo siento lo que me dice. Hay palabras que pronuncio y sé su traducción, porque él todas las tardes de verano, después del trabajo me las enseña, o me dice lo mismo que me ha dicho antes, donde me pide un alimento para servirse o me manda a buscar cualquier cosa en mapudungun.

Acá, en el colegio, en Lebu converso con personas y me preguntan sobre las palabras que yo sé para que se las enseñe.Por ejemplo, a mi profesora de Lenguaje y a mis compañeras de Secretariado le he enseñado los números en mapudungun. Les cuesta pronunciar estas diez palabras. Sorprendente. ¿Cómo me costará a mí entender todo su idioma, su visión de mundo?

Es una utopía, pero me gustaría que así, como se enseña el inglés u otro idioma; en los liceos y escuela, nuestro Mapudungun, también se incorporara en forma sistemática en la educación chilena, y no en forma aislada como un proyectito. Eso no.El Mapudungun es una lengua importante para el mapuche y hay personas interesadas en ella.

Toda persona tiene derecho a que se les respete su cultura. Hay muchas enseñanzas del mapuche. La sociedad chilena está enraizada en mi cultura mapuche. Mejor, ese tema, dejémoslo de lado.

Otro hecho que recuerdo. Hace como siete años atrás fuimos a Elicura a sortear a un abuelito que se había perdido .Según dicen: lo mataron. La familia quería saber si estaba vivo o muerto, porque habían andado en hartas partes y como no podían ubicarlo decidieron ir a buscar a la machi para que le dijera la verdad. Mi tía machi fue a su casa donde vivía el abuelito, hizo su ceremonia y le dijo a la familia que el anciano estaba muerto, lo habían tirado a un río y que tenían que esperar veinte días. Tiempo en el cual el cuerpo iba a flotar en las aguas de aquel río.Cuando escuché esto, se me quedó grabado. Contaba cada día que pasaba. Llegó el día veinte. ¡Qué sabia son las machis! Y, además, diría, yo, humildes, reservadas y certeras.

Tendría como unos seis o siete años cuando llegó una invitación de Cayucupil a la comunidad de Pangueco a un juego de chueca o palín.

El juego consiste en la apariencia de una ordenada batalla entre dos numerosos equipos que pueden alcanzar hasta 30 personas por lado, la cancha de juego es un franja de terreno plano de uno 200 metros de largo. La pelota es hecha de madera y las chuecas son confeccionadas también de ramas de árboles duros. De preferencia boldo o luma, que se curva en la punta para poder golpear la bola. El agujero central llamado inapcha, se coloca la bola al darse el inicio de la partida; los jugadores se ordenan en filas una frente a otra de manera que cada uno tenga un contrincante enfrente.

Cuando los árbitros inician el juego, los jugadores sacan la bola del hoyo con las chuecas y tratan de impulsarla hasta su propia mitad de campo. Allí intervienen todos los jugadores y la victoria consiste en conducirla hasta el término de la propia valla. . Esta detallada descripción, están distinta a vivirla. Pensaba que es diferente ver las cosas desde afuera, todo tan hechito, tan distante lejano. El juego del palìn, es moverse, pisar la tierra, caerse en ella, olerla, impregnarse de su color, es tocar las raíces, es luchar por la tierra, es expulsar los obstáculos, es unirse en un pedazo de mi tierra.

Estos juegos originales y genuinos de mi cultura, actualmente, se han perdido, y cuando se realizan, por un evento oficial o turístico; se mira desde la vitrina: para mostrar nuestras raíces –dice la prensa, la televisión cuadrada. ¡Qué falsedad! No se dan cuenta que nuestra cultura, nuestra tierra se está quedando baldía, en ruinas. Estamos sobreviviendo, claro, hay que insertarse en lo macro, en términos de las ciencias económicas.

Estaba reflexionando que esta idea, anterior, también, involucra a los objetos coloridos, consistentes y sólidos, confeccionados a mano con fuerza de amor y entrega de la tierra que simbolizan toda la cosmovisión mapuche . Me refiero a los preciosos tejidos de lana pura; a nuestros instrumentos musicales que se encuentran colgados en muchas casas y en museos. Quiero pensar que es para resaltar y recordar todos los días la gallardía, la sabiduría de mi querido pueblo mapuche. Es para recordar y darle gracias a mi abuelito.

Los instrumentos musicales que más conocí, porque mi abuelito y padre tocaban y yo bailaba a sus sones desde que era una piche ke domo ya sea en mi casa o en las fiestas son: la Trutruca, que la tocan los Ñankan, asistentes de la machi, para amenizar encuentros sociales y ceremonias. Consta de dos partes principales: el cuerpo y la bocina. El cuerpo está formado por un coligüe ahuecado con un corte oblicuo en un extremo. El otro es de bronce, antiguamente era base de calabazas. El sonido de la Trutruca es para mí un deleite, es contactarse con el terruño, con el fondo de la tierra, las raíces: con mi sangre araucana, con mi raza

La kaskawilla cuando suena da escasas variaciones tonales. Al extremo se le fija un cacho de vacuno. El sonido que produce es grave.

La pifilca, instrumento de viento, construido de madera, cerámica o piedra. Consta de un solo orificio, es utilizado en las ceremonias sagradas y sociales.

Cultrun: mide aproximadamente entre 35 a 40 cm. de diámetro a una altura de 12 a 15 cm., a la cual se adhiere un parche de cuero de vacuno o de kawellu (caballo) que se trenza mediante un tejido adosado a la caja. Se agregan dentro del instrumento piedrecitas redondas, semillas o monedas de plata para darle mayor sonoridad. En la superficie del cultrun esta representada la visión del mundo mapuche; sus divisiones significan: Lo celestial=Wenu Mapu, Lo terrestre= Naq Mapu y Lo inferior=Munche Mapu. Anhelo llegar al Wenu Mapu y encontrarme con mi abuelito.

El Nolkin: instrumento de viento construido de arbusto, actualmente es hecho de cañería de cobre. Su figura es similar a la trutruca con la salvedad de que en uno de sus extremos lleva un cuero de un animal nuevo u hoja de ñocha. Su particular sonido surge en la aspiración del aire.

En cambio el Trompe: tiene forma de llave de acero con un alambre en el aire. Su parte exterior forma la pieza, y la central es la lengüeta, la que va doblada hacia arriba para poder tocarla. Actualmente en la fiesta no se ve mucho el trompe.

Todos estos instrumentos y mucho más, son sagrados para nosotros.Serìa tan bonito y significativo para mi, como adolescente escuchar estos sonidos en todas las fiestas sociales de Chile, para las fiestas Patrias, en las disco, en las emisoras. Y ¿por qué no?

También les voy a narrar una experiencia muy personal e íntima que fue la muerte de mi abuelito, El velatorio fue algo que no había visto nunca., Después que lo sepultaron le pregunté a mi mamá por qué hacían todo eso. Me contó que eso es una tradición de los mapuches. Dos noches lo velaron en su casa, La gente preparaba comida para los acompañantes, el típico plato que lleva: mote, sopaipilla, carne cocida, merquén y una botella de vino. Cada acompañante viene con su familia y más tarde antes de ir a sepultarlo se le entrega una olla de comida que contiene una botella de vino y un plato con sopaipilla para que se sirvan y le hacen una pequeña despedida, tiene que hacerla una persona mayor, esa persona recuerda todo lo que hizo la persona en su vida, Mi abuelito era muy respetado por su familia y todos sus vecinos, En mi cultura se tiene un especial respeto y se les reconoce sus consejos y sugerencias Mis compañeras del liceo y de todo el país serían tan felices si tomaran en cuenta a sus mayores.

Mi abuelito tenía mucha sabiduría. Crió a su familia en una verdadera ruca (casa de paja). Construida por sus propias manos. Manos sabias.

No les he explicado la razón de su muerte Mi abuelito se dirigía a su ruca, era de noche y andaba en kawellu (caballo) se perdió, se fue a un lago que estaba pantanoso y lejos de su casa. Al otro día sus hijos lo echaron de menos. Salieron a buscarlo. Lo encontraron bajo el agua .Andaba con una manta de lana pura de oveja, dicen que cuando ésta se moja se pone pesada, por este motivo no pudo salir y murió ahogado.

Siento que mi abuelito no ha muerto. Vive a través de sus ejemplares y sabias enseñanzas que dejó a todos sus descendientes. Está conmigo cada vez que camino por el campo, siento su mano amiga, firme. Vive en cada pedazo de tierra de Chile. Vive en cada mujer, hombre y niño mapuche, Vive en cada palabra del mapudungun.Vive en mis padres y hermanos. Vive en el aire que hay tras esta ventana de mi pieza. Vive en esta sincera, sencilla y sentida narración. Vive y vivirá en mis hijos y en los hijos de mis hijos.

Chaltu. (Gracias)